Por Kosti Bgy:
Hoy nos toca
ver la segunda parte de esas categorías menos populares, esos aspectos del cine
que pasan, por decirlo de alguna manera, más desapercibidos, ese gran trabajo
que realizan quienes se dedican a perfeccionar la película, tanto técnica como artísticamente.
Las interpretaciones, la dirección e incluso la historia quedan ahora relegados
a un segundo plano para visibilidad de esos artistas y técnicos que también
merecen un reconocimiento. Sin más dilación pasamos a ver esas categorías.
MEJOR MAQUILLAJE
Dentro de este
grupo de categorías “impopulares”, el maquillaje comparte el sambenito de ser
la que menos FyC ha recopilado a lo largo de este tiempo. Al igual que los
efectos especiales, los disfraces de pintura y las transformaciones de los personajes
no han conseguido cosechar un buen número de proposiciones, únicamente 4, que
pasamos a ver enseguida:
Cloclo. Claude
Antoine Marie François, más conocido como Cloclo fue el que escribió y compuso
el tema “My way”, que años más tarde haría más famosa Frank Sinatra. Jeremie
Renner sufre una transformación pasmosa para dar vida al músico, y eso es lo
que la coloca en esta terna de posibles nominados.
El hobbit: Un viaje inesperado. Si con Gollum se hacía un hueco en los efectos especiales, con
los enanos y demás personajes que Peter Jackson saca directamente de la novela
de Tolkien y coloca en la pantalla con más peso en sus cabezas que en un
gimnasio, no es de extrañar que estén presentes aquí. Además, no hay que
olvidar que estuvo nominado a los Oscar.
Blancanieves (Mirror, Mirror). Y seguimos en los mundos de fantasía para adentrarnos a conocer
a una madrastra, que fue una mujer bella allá por los 90, a los siete enanitos
y a una joven que parece hayan rescatado de Bollywood. Mucho pote, pintalabios,
sombra de ojos y rimel para emperifollar a las damas (y caballeros) de una
Corte muy singular.
Los miserables.
Para el final, nada más y nada menos que la ganadora del Oscar. Un Hugh Jackman
deteriorado al principio y con huellas del tiempo al final, dos “padres
adoptivos” que parecen sacados de la misma Corte de la madrastra de
Blancanieves, resaltamos lo ojos, ensuciamos la cara y de nievo, todos a las
barricadas. ¿Será también la ganadora del Blogger?.
MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO
Recuerdo un
capítulo de Los Simpson en el que Apu pierde el badulaque y, como no, para
animarlo cantan una canción. Para hacer la rima con la última frase del indio
(Adiós al Badulaque… no es fácil de rimar) , la familia suelta la suya propia,
y Marge dice algo así como “Yo llevo miriñaque”. Muchos años para descubrir que
se trata de una “prenda” que se colocaban las mujeres en el siglo XIX debajo de
los vestidos para hacer esa forma tan abombada de sus faldas. En fin, todo esto
para hacer una pequeña introducción de la categoría que vamos a ver, que no es
otra que la de vestuario, para la que contamos con 7 propuestas:
La vida de Pi.
Puede resultar una apuesta arriesgada, ya que gran parte de la película solo
consta de un pantalón bombacho blanco que se va transformando en gris y una
camiseta que termina usándose de turbante, pero si estamos atentos a la primera
parte, la que transcurre en la India, podremos ver un colorido y una
luminosidad proveniente de los múltiples saris que van desfilando, y la escena
de la escuela de baila bien lo demuestra.
El hobbit: Un viaje inesperado. Ropa a medida, capas, pantalones anchos, mil y un accesorios
donde guardar la espada, el hacha o el arco, y, por otro lado, la brillantez y
la caída de las telas élficas o los mantones que porta Gandalf el gris. Podemos
contar también con los calzones de los ogros, aunque esos creo que son más
productos digitales.
Anna Karenina.
La nobleza rusa, sus abrigos de piel, los abanicos que casi crean una
coreografía, los ajustados corsés con sus brillantes vestidos encima, los
uniformes de gala de los militares, con ese azul radiante a juego con los ojos
de algunos soldados. Por vestidos en esta película no será, que tanto él
(Johnson) como ella (Knightley) lucen varios modelos a lo largo del metraje. Ganadora
del Oscar, por cierto.
Blancanieves (Mirror, Mirror). Aunque sé que las comparaciones son odiosas, me la van a
permitir entre los dos mundos de fantasía. Mientras que en El hobbit se imponía
la sobriedad, los tonos más apagados y texturas más toscas, en “la Corte” van
por el otro extremo: colores vibrantes, texturas suaves y aterciopeladas y lo
más pomposo posible para hacer brillar a esa madrastra que tanto lo necesita.
Los miserables.
Aquí también tenemos uniformes, los de los soldados franceses que asedian la
barricada de los revolucionarios, pero también la propia vestimenta del París
de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Harapos para los más pobres, y
algún color luminoso que tímidamente se asoma en el callejón de las
prostitutas.
Un asunto real (A royal affair). De Francia a Dinamarca, y esta vez a una Corte de verdad. En la
película de Arcel encontramos los extremos: una cuidada y arreglada vestimenta
para la monarquía y la aristocracia, y apenas cuatro trapos para el pueblo que
se muere de hambre y vive en la más absoluta pobreza.
Cloclo. Ya
hablábamos de su maquillaje, pero en cuanto a vestimenta parece que también ha
llamado la atención. Nos movemos entre los años 60 y 70, y llama la atención
atuendos tan particulares como pecheras con chorreras o chalecos de lo más
variopintos. Juzguen ustedes mismos.
MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA
La
escenografía, la decoración de las estancias, determinados paisajes o vistas,
vehículos de época, mundos imaginarios de fantasía, castillos, palacios,
estaciones de tren, una playa, el interior de una tienda de campaña… y así mil
y un componentes de los que debe encargarse un director artístico, su labor no
es fácil, y algunas veces pasa desapercibida, pero aquí tenemos 8 ejemplos que
consiguieron captar la atención de más de uno:
The Master.
Empezamos en el interior de un submarino para acabar en una playa, no sin antes
haber pasado por varias ciudades, entre ellas Nueva York. El protagonista se
cuela en un barco muy al estilo del Mississippi, y en su interior prácticamente
descubrimos una extraña mezcla entre unas oficinas y una sala de fiesta. Y ahí
no queda la cosa…
La vida de Pi.
Ya sólo con los créditos de inicio donde visitamos el zoo del padre de Pi
podemos observa la magna labor del director artístico, pero nos quedaba el
barco, por fuera, por dentro, por arriba y por debajo (del agua), una Iglesia
en medio del campo o la famosa balsa atada a un bote. Y entre tanto, Pi y
Richard Parker aprendiendo a convivir.
Frankenweenie.
La presencia de películas animadas en estas categorías siempre es curiosa,
porque es la mano del animador la que crea los escenarios y la que se ocupa de
los pequeños detalles. Con Sparky visitamos una ciudad en miniatura que está
siendo atacada por un reptil volador y un molino, muy al estilo Frankenstein,
en el que se vive una dura batalla.
Moonrise
Kingdom. Wes Anderson da a su cinta un toque muy
setentero con artilugios casi extintos en nuestra época, sólo disponibles para
gente con anhelos de un tiempo mejor. El vestuario de un teatro donde cuatro
chiquillas se preparan delante de un espejo enfundadas en sus disfraces de
pájaros es un buen ejemplo de su escenografía.
El hobbit: Un viaje inesperado. Un mundo de fantasía que parte desde la Comarca con sus pequeñas
casas semi-enterradas con sus puertas circulares hasta cuevas, precipicios,
bosques y demás lugares donde se oculta el mal y en los que vivir inesperadas
aventuras.
Anna Karenina.
El teatro dentro del cine. Un trabajo de tramoyistas, el escenario dentro de la
escena. Wright decidió utilizar un único espacio para desarrollar la obra de
Tolstoi. La habitación es el escenario, así como una improvisada pista de un
hipódromo, la platea se convierte en un comedor o en una estación de tren a
antojo de la historia, incluso en una pista de baile para una única pareja, y
los palcos buenos miradores para observar a los protagonistas.
Los miserables.
Las calles de París se convierten en el principal escenario para desarrollar la
“cantata” de Víctor Hugo. Los interiores se vuelven grises, y apenas una silla
queda al final en una triste habitación donde cada uno llora la pérdida de un
ser querido. El interior de un barco sirve incluso para llevar a cabo una
transacción carnal, y la guinda la forma un bar capitaneado por dos bribones.
Cloclo. De los
escenarios a los estudios de grabación, pasando por los backstages y los
grandes salones en una Francia que vive la fiebre del rock and roll y del pop.
“I did it my way”.
MEJOR EDICIÓN/MONTAJE
Un corte por
aquí, añadir el sonido de los cascos de caballos o las olas del mar, empastar
los movimientos bucales con las frases adecuadas y voilá, ya tenemos la película montada, un trabajo fácil de
explicar, pero no tanto de realizar, y que ayuda al espectador a no perderse en
la trama. 7 son las cintas propuestas en esta categoría por nosotros, los
votantes:
La vida de Pi.
Richard Parker mira su reflejo en el mar, nos introducimos con él y vemos
distintas criaturas marina, entre ellas tiburones formados por varios animales
del zoo. Profundizamos y encontramos peces abisales, y en el fondo del todo,
sobre el suelo oceánico, el barco naufrago. Volvemos a toda prisa hacia la
superficie, y sobre una noche estrella, el reflejo de Pi.
El caballero oscuro: La leyenda renace. De Bane a Bruce pasando por Miranda, Gordon, Blake y Selina. El
Ayuntamiento abarrotado mientras Batman sigue desaparecido. El suelo de hielo
comienza a crujir, pero antes de romperse un hilo de fuego lo atraviesa, sube
por un edificio y allí vuelve a resurgir la esperanza.
Moonrise Kingdom. Primeros planos de infarto se mezclan con impresionantes
panorámicas. A un lado de la playa Sam, al otro Suzy. Vemos la mirada de él,
después la de ella, sus bocas, de nuevo sus miradas. La playa está vacía, sólo
una tienda de campaña en medio, y de pronto, el gran chapuzón.
Argo. La
ganadora del Oscar en esta categoría encuentra su cénit en la escena de la
llamada telefónica: del aeropuerto de Teherán a unos estudios en Hollywood, y
de ahí a los despachos de la CIA, un momento trepidante que mantiene en vilo
tan solo con un teléfono sonando.
Marina Abramovic: la artista esta presente. Un documental sobre la artista, a punto de estrenar su obra en
el MOMA de Nueva York. Analiza qué es el arte, mientras podemos “asistir” a
algunas de sus obras. Algún usuario cree que su montaje merece estar entre las
cinco nominadas. ¿Qué pensará el resto?
The Master. Un
trabajo de artesano, una sesión de preguntas intensa, de un escenario a otro
sin apenas pestañear. Una mujer vestida se desnuda y apenas nos damos cuenta.
En el transcurso de escenas casi podemos notar la tensión presente. Un paseo de
un lado a otro de la habitación, al principio llena, después vacía.
Café de flore.
Dos historias y un amor, el amor de madre, el amor de pareja, el amor
fraternal. Ella mira desde la puerta de abajo, él está asomado a la ventana.
Ella vuelve a mirar desde la puerta de abajo, y él sigue asomado a la ventana,
pero ahora no está solo. Un salto a la piscina y asistimos a una coreografía
bajo el agua milimetrada.
MEJOR FOTOGRAFÍA
Estrictamente,
con el estudio de la luz y la imagen que aparece en el desarrollo de cada
historia, no estaríamos hablando de una categoría poco popular, pero el número
“escaso” de propuestas en la misma la ha colocado en esta posición. Eso sí,
dentro de las menos populares podemos decir que es una de las que más atención
ha recabado con 8 películas citadas:
La vida de Pi.
El chileno Claudio Miranda consiguió ganar el Oscar creando un océano amarillo,
un océano totalmente calmo que reflejaba la luz celestial del amanecer sobre su
superficie. Sólo la presencia de la balsa de Pi rompía la línea de luz que
hacía brillar la escena.
The Master. A
ratos sombría, a ratos luminosa, así es como Mihai Malaimare Jr. nos quiso
hacer llegar la relación de Freddy y Lancaster: la luminosidad del desierto,
lugares lúgubres y húmedos, el esplendor de Londres o la soledad de una sala de
cine.
Moonrise Kingdom. El ambiente setentero que en general se ha dado a la película,
se ve acentuado por la fotografía de Robert D. Yeoman. Tonos ocres, marrones y
amarillos. La noche iluminada por un rayo y la oscuridad que se cierne sobre
los mortales cuando la tormenta está llegando.
El caballero oscuro: La leyenda renace. El título ya lo dice todo. Wally Pfister da ese tono lúgubre y
oscuro que tanto caracteriza a Gotham City, a lo que se suma la oscuridad de
los secretos de sus personajes. El regreso del Caballero Oscuro, sin embargo,
trae la luz con él, una luz creada, artificial, pero de esperanza en el fondo.
Tabú. Desde
Portugal llega la película de Miguel Gomes, cuya fotografía va de la mano de
Rui Poças. Una de las pocas propuestas en blanco y negro con la luz intensa del
continente africano.
Más allá de las colinas. Sin abandonar Europa, viajamos hasta Rumania con Mungiu y el
encargado de su fotografía, Oleg Mutu, concretamente a una congregación
religiosa rural. De la ciudad al campo siempre las cosas se ven distintas, y la
amistad siempre tienes sus claros y sus oscuros, al igual que cualquier
religión.
La noche más oscura. Greig Fraser echa toda la carne en el asador, y como cinta que
cuenta con una parte de acción, se atreve con los infrarrojos (o infraverdes si
prefieren), esa visión nocturna que da a la vez luz y oscuridad para resaltar
un momento crucial de la historia de su país.
Rhino season.
Poesía turco-iraní que viene acompañada por Touraj Aslani, ganador en el
Festival de San Sebastián. Lo mismo da un puerto, una casa que un vasto espacio
desértico, en todos ellos la luz incide de una manera, y Aslani sabe qué matiz
darle a cada momento y lugar.
Continuará…
Aplausos para estos post!!! Me fascinan!!!
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